miércoles, 27 de enero de 2010

A REENCANTAR Al PDC y A LOS CHILENOS…


por ALEJANDRA MIRANDA OLIVOS
Vice- Presidenta Nacional PDC.

Estos han sido días aciagos, perder nunca es fácil, menos cuando se tiene la convicción de que la alternativa ganadora representa un serio retroceso para el desarrollo del país.  No fueron los nulos o blancos lo que nos derrotó, fue la ciudadanía la que optó por la derecha.

LAS RAZONES DE LA DERROTA
Mucha tinta ha corrido en el análisis de las causas que nos llevaron a perder la reciente elección, una amplia mayoría de analistas devenidos en opinólogos, han creído dar en el clavo respecto de la razón última que causó la debacle, como la mayoría de los complejos fenómenos sociales, las razones son múltiples y por ende muchos los responsables.

En nuestras salidas a la calle, nos encontramos con ciudadanos desinformados o mal informados, jóvenes con escasa formación cívica, poco conocedores de nuestra historia, muchos para los que la historia de Chile tiene apenas 20 años. Ciudadanos que desconocían los avances alcanzados en los últimos  años, y es que, como me comentaba el otro día un amigo, “parece que la participación social  fue siempre para los mismos”.

Con dolor constatamos que muchos de quienes habían confiado en nosotros, aún con el peligro del arribo a la derecha al poder político, decidieron que era más fuerte su deseo de castigarnos y obligarnos a cambiar y anularon o votaron en blanco en la segunda vuelta.

Cometimos muchos errores, hubo errores en el diseño de campaña, múltiples encargados, rotación de voceros, poca claridad táctica y estratégica. Hubo errores en la Concertación, porque Eduardo Frei, no era el candidato de la Democracia Cristiana, era el candidato de la Concertación y por dios que incurrimos en equivocaciones y también hubo errores en el Gobierno.  En fin, múltiples faltas, de los que nuestro Partido, el partido del candidato no está ajeno. Errores o pecados de palabra y omisión.   

Nos ha hecho daño el que seamos el partido de las peleas y no de las ideas.  Debemos cambiar nuestra actitud, no podemos seguir llevando a los medios de comunicación nuestras diferencias internas.  Mostramos ante la opinión pública nuestra INCAPACIDAD para proteger a nuestros liderazgos y la tremenda CAPACIDAD para desarrollar peleas fraticidas por el poder y no para servir.

Pecados o errores de omisión y digámoslo claro, los democratacristianos dejamos de cumplir nuestra misión, cuando decidimos dejar de trabajar en las poblaciones, cuando abandonamos las organizaciones sociales, las juntas de vecinos, ¿cuántos de nosotros conocemos al presidente o presidenta de nuestra unidad vecinal? Los pocos dirigentes sociales de la DC hoy día realizan su labor carente de todo apoyo partidario, casi como un apostolado solitario.

Dejamos de cumplir nuestra misión, cuando abandonamos los sindicatos y dejamos de preparar cuadros sindicales, cuando dejamos las universidades, cuando dejamos los colegios profesionales.

Dejamos de cumplir nuestra misión cuando nos convertimos, más que un partido para la gente, en un partido de gobierno.  Cuando cambiamos la red de militantes con vocación ciudadana por la red de funcionarios públicos militantes.

La falta de un proyecto o relato común nos ha hecho perder la capacidad de movilizar voluntades, a todos nos sorprendió lo que aconteció en la segunda vuelta, bastó para que se instalará el NO A LA DERECHA, para sumar y movilizar a miles de personas, esta convocatoria nació casi espontáneamente de la sociedad, lamentablemente en ésta, hubo más desesperación que convicción.  

Es necesario construir un proyecto de país común, que convoque a la mayoría de los chilenos, el elemento central es, terminar con las inequidades y desigualdades que aún subsisten en nuestro país, mediante la Reforma Profunda del Estado de manera que éste al fin sea una Estado distributivo y no contributivo. Esta última idea, que no es otra cosa que avanzar hacia el Estado Bienestar, requiere un nuevo pacto social con la ciudadanía, por lo que debemos legitimar nuestro actuar. Pero camaradas, no basta con un buen proyecto, debemos ser y deben vernos dignos de él.

Por otra parte, es necesario decir que la derrota era inevitable, tarde o temprano perderíamos, en una suerte de análisis Gramsciano, podemos decir con certeza, que la derecha jamás ha perdido la “hegemonía cultural” en este país, valores como la competencia, el individualismo, el consumismo, están fuertemente arraigados en las personas, el sistema educativo ha sido incapaz de formar ciudadanos informados y los medios de comunicación han impuesto el gusto por el éxito fácil y vacío y la adoración de la silicona.

No nos dimos cuenta o no quisimos darnos cuenta que junto a los cambios que se generaban en el país, estaba cambiando la gente, la sociedad ha cambiado. Hay un segmento de electores, que no son tropa de ningún Alcalde o parlamentario, son la clase media informada o aspiracional, usando la palabra de moda, los que aspiran a un mejor nivel de vida, que quieren políticos y políticas cercanas. Ellos son los que el domingo 17 de enero, apostó a la derecha. Debemos asumir que estamos frente a una ciudadanía más exigente, más demandante, también más individualista, más autónoma.

Por lo tanto, tenemos que construir un proyecto,  que además de convocar debe calar hondo en la cultura de nuestro país, de lo contrario volverá a ser víctima de las modas y de las vicisitudes de la historia. No sólo debemos conformar este proyecto, tenemos la obligación de revisar nuestra política respecto de la tenencia de medios de comunicación y la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).  

Debemos estar atentos a la utilización de la educación como instrumento para mantener el estato quo. Los colegios públicos eran en el pasado vehículos de integración social, hoy son getthos de los más pobres. Es nuestro deber ser activos promotores de mejorar la calidad de la educación para todos. No sólo de algunos como plantea la derecha. Debemos preocuparnos de formar ciudadanos críticos y comprometidos con la marcha del país

DEBEMOS DECIRLO FUERTE Y CLARO SOMOS UN PARTIDO DE OPOSICIÓN
Nunca en los últimos años, había estado en tal estado de cuestionamiento la actividad política, gente que nunca ha militado, pide las renuncias de los presidentes de estas organizaciones, en la sociedad se ha instalado de que todos los males del mundo se deben a quienes dirigen los partidos. 

Esta percepción instalada no nace de nuestros adversarios políticos, sino que es azuzada desde nuestras propias filas, contribuyendo a la caricatura que hoy muestra nuestra coalición,  no sólo somos una coalición derrotada sino una que se ha enfrascado en peleas intestinas ¿es ese el mensaje que queremos transmitir a la ciudadanía y particularmente a nuestros adherentes?

Camaradas, permítanme un solo comentario, a pedido de muchos camaradas de distintas partes del país, nuestro reconocimiento a los compañeros del Partido Socialista que en cada puerta a puerta, en cada caravana, marcha, acto o banderazo se volcaron con entusiasmo y masivamente a apoyar la candidatura del camarada Frei, estos compañeros estuvieron a la altura, mucho más que el promedio de nuestros propios camaradas.

Hoy, nuestra gente necesita contención y guía, muchos han entregado sus mejores años a la construcción de un país mejor y hoy se enfrentan a la incertidumbre de encontrarse sin trabajo, otros que se quedarán en el Estado nos piden guía respecto a como actuar, quienes entendemos la política como una actividad esencialmente societal, como una comunidad de hermanos, creemos que debemos actuar con el liderazgo que se espera de nosotros, de lo contrario la amenaza hecha, hace meses, por Allamand de coaptar a nuestra gente, será una realidad. 


Un partido se nutre de todos sus militantes, no podemos darnos el lujo de perder a técnicos altamente calificados que quieren seguir aportando a la construcción de nuestro país, a ellos, si le decimos que pensar que las políticas públicas son asépticas y que no tienen sustento ideológico, sabrán que es una falacia, todos cargamos con una “mochila ideológica”, y ésta se  hace más patente en el diseño de las políticas públicas, por lo que será una decisión personal si algunos continúan en el Estado y a ellos, los que se queden, no podemos dejarlos solos.

Distinto es el caso de quienes ocupan cargos del primer o segundo nivel jerárquico, aunque hayan ganado sus cargos por concurso de la Alta Dirección Pública, los chilenos no entenderán la diferencia y debemos dar, especialmente al inicio, una fuerte señal respecto de que somos un partido de oposición que no participa del gobierno y sus decisiones.

Debemos decirlo fuerte y claro, seremos un partido de oposición, sin apellidos o adjetivos innecesarios que llaman, no sólo a la confusión, sino que a la división. Apoyaremos las iniciativas que vayan en la lógica de lo que queremos para Chile y nos opondremos tenazmente a aquellas que signifiquen un paso atrás respecto de los derechos alcanzados o el aumento de privilegios de alguna clase o sector de la actividad económica, la pelea por terminar con la inequidad y la desigualdad, no ha terminado y debemos seguir en esa senda.

EL PDC O EL DESAFÍO DE CAMBIAR.
Qué existe un fuerte llamado a renovarnos, es algo que no podemos negar, no podemos decir que “las pifias no se escuchan”, ¿pero queremos cualquier renovación? ¿Es posible renovarnos? ¿Es la renovación sólo una cuestión etárea?

Camaradas, la renovación es un deber, pero “no da lo mismo” cualquier renovación, cambiar una cara por otra, sin un adecuado análisis de los liderazgos necesarios para esta etapa, ni de las tareas a las de debemos abocarnos, es solamente posponer el colapso total. 

En esta tarea de cambiar al PDC, debemos también, atrevernos a cambiar nosotros mismos, nuestras prácticas en el día a día, desterrar la cultura de la descalificación y la desconfianza; la convicción de ser sustentadores de la verdad absoluta, procesos que están íntimamente relacionados y no se pueden dar por separado. Debemos cambiar al partido y permitirnos cambiar en el proceso.

También pedimos honestidad, a quienes han llegado a la convicción que el PDC, como instrumento esta agotado y han decidido emigrar a formar algún nuevo referente transversal, los invitamos a hacerlo y dejar que quienes hemos decidido seguir en el PDC podamos abocarnos sin distracciones a la tarea de cambiar el partido, nos encontraremos en la tarea de hacer grande Chile, aunque sea en diferentes trincheras, la historia común, no puede ser borrada de un paragüazo.

La tarea de repensar nuestra organización, la manera de generar sus autoridades, su estructura, el padrón, nuestra manera de relacionarnos entre nosotros y con la sociedad,  requiere, reitero de decencia, honestidad y valentía de todos los actores. A esto debemos sumar, insisto, la construcción de un proyecto convocante, sólo así pondremos en sintonía la forma y el fondo.

El llamado a la renovación generacional, demasiadas veces, suena a ser sólo un deseo de los incumbentes. Tal vez hemos sido poco generosos con nuestras nuevas generaciones, pero uno quisiera ver más arrojo en nuestros jóvenes, que llevan demasiado tiempo pidiendo permiso o solicitando ser ungidos, las elecciones se ganan cuando el liderazgo se construye desde la base y no sólo dando cuenta de razones de cuna o etáreas. 

A quienes plantean renovación quiero decirles, con mucha franqueza, me gustaría verlos renovando las estructuras comunales, me gustaría verlos haciendo partido, quisiera verlos, en Huechuraba, en La Pintana, en Peñalolén, en Iquique, en fin, creo que la renovación debe provenir desde la base de la pirámide, ya que creo firmemente que la renovación desde las cúpulas esa destinada al fracaso.

Camaradas, el partido lo componen todos sus militantes, en esa lógica no debieran existir privilegios de ninguna especie, pero tampoco vetos asociados al origen, la edad o a propuestas, salvo en los casos en los que la probidad ha sido cuestionada, todo militante tiene la posibilidad de aspirar a dirigir el partido, en cualquiera de sus niveles, debiéramos aspirar a que siempre fuera el mejor y la mejor propuesta, sin importar su edad ni su procedencia.

Al proyecto y a la estructura, debemos sumar la necesidad de apoyar, incentivar e impulsar nuevos liderazgos que permitan que el mensaje llegue fuerte y claro a la ciudadanía, debemos preocuparnos que estos florezcan en todos los ámbitos, en el vecinal o territorial; en el sindical, en el profesional, en el estudiantil, en el municipal, en el parlamento, la única condición debiera ser NUNCA MÁS PROYECTOS PERSONALES, sólo es posible la transmisión del proyecto común y la sujeción a los acuerdos que el partido tome, estos son tiempos de unidad y disciplina.

LA UNIDAD SOCIAL Y POLÍTICA DEL PUEBLO
Tomic lo dijo hace 39 años, con una estructura moderna, transparente y democrática; un proyecto libertario y convocante, y liderazgos adecuados, nuestra tarea fundamental es hacer carne este deseo que no se ha agotado pese a los años.

El objetivo es que la derecha deje el poder el año 2014, para ello debemos generar un nuevo referente o coalición, sobre la base de la Concertación debe nacer una nueva alianza. 

Pese a las voces en ese sentido, esto no se logrará “volviendo a ser un partido de centro”, sino que como lo dijo el Maestro Castillo a fines de los 50, debemos ser un “partido de vanguardia”, debemos convocar a otros sobre la base de un proyecto de país sólido y visionario, ese es el límite, no discordias personales, boletas por pasar. La biografía debe dar paso a la historiografía, es la hora de la generosidad y la visión.

Respecto de los límites ideológicos que algunos han querido establecer para estas alianzas, sólo recordar que la Guerra Fría murió y el muro cayó, la convocatoria a este nuevo referente debe ser amplia y generosa, debemos recuperar los sindicatos y las federaciones de estudiantes, las juntas de vecinos y los municipios, debemos volver a ser mayoría en el parlamento, si queremos volver a La Moneda el 2014.

 Esta es una tarea de todas las fuerzas democráticas que dieron la pelea, primero contra la dictadura y hace unos días para evitar que la derecha volviera a La Moneda, sin exclusiones.

Debemos romper con la hegemonía cultural de la derecha, que se verá acrecentada en estos cuatro años, con un partido nuevo y fortalecido, con una base política amplia, debemos enfrentarnos y dar la pelea a las ideas que hemos combatido toda una vida.

Debemos articular en cada comuna esta nueva alianza, incentivar el uso de las radios comunitarias, boletines comunales, debemos pintar cada pared e instalar una sola idea LA DERECHA NO SABE GOBERNAR.

Por último debemos aprovechar el primer año de gobierno, la instalación es siempre dificultosa, administrar el Estado no es lo mismo que gerentear una empresa, cada error debe ser comunicado, cada atropello denunciado, debemos ser una oposición activa y presente en cada  rincón del país.

La tarea es titánica, pero estamos llamados a llevarla a cabo, sin desesperación, pero con absoluta convicción.

ALEJANDRA MIRANDA OLIVOS
VICE- PRESIDENTA PDC.



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