domingo, 22 de agosto de 2010

Dar testimonio de Cristo en un tiempo de renegados

de Ricardo Peña

Ninguna expresión parece más elocuente en esta hora de la patria y el PDC, que aquella de León Bloy: “Mi función es dar testimonio de Cristo en un tiempo de renegados”

Camaradas:

La suerte nos ha deparado NO vivir en un momento histórico estático e inmovilizado, Tenemos delante de nosotros energías en desarrollo, cuyos alcances no podemos prever. Un futuro abierto, misterioso, desconocido y creable.

Con el fin de la unión soviética ha progresado una visón totalitaria y de apresamiento de la existencia, forzada por el uso de las nuevas tecnologías de manipulación de masas y la comunicación. Un concepto de vida y un viciado sistema social (El Capitalismo) cada vez más extraño al Mensaje de Cristo.

El destino de la Vida, que era la salvación del alma, fue sustituido por una fiebre de apropiación. Los bienes no son considerados como un medio, sino la finalidad de la vida.

Ideas extrañas, en absoluto, al pensamiento de Cristo, usurpan la perspectiva de la humanidad. Las almas cristianas se han abierto al individualismo materialista. Adhieren a falsas valoraciones desde donde arrancan omisiones, convencionalismos, maneras de convivencia social, engranajes económicos que, a pesar de ser aplaudidos por el grueso de los creyentes son básicamente anticristianos.

Vivimos una época donde se juega la vida misma de la sociedad occidental cristiana, que nacida del imperio romano ha logrado grandes éxitos y conquistas. Pero, por otro lado, vive una terrible, espantosa e irreducible tragedia humana. En medio de importantes triunfos científicos, técnicos y conceptuales, el hombre occidental ha quedado despedazado, hecho trizas, material y espiritualmente.

El PDC como fiel testigo de este tiempo también esta en crisis. Los falsos valores imperantes también se han filtrado en nuestras prácticas y creencias. Estamos inmersos en una cristiandad que en los hechos aparece apegada o excesivamente vinculada a las clases altas, a los ricos y poderosos. Quienes nos han dirigido se alejaron cada vez más del mundo real y se encerraron en sus núcleos de poder los que comparten con el resto de la “clase política”. No hemos reconocido en las conductas sociales cada vez más violentas el profundo malestar de una mayoría ciudadana desorientada ante esa sensación de frustración e impotencia producto de la realidad en que vivimos.

En esta hora en que los militantes del PDC somos llamados, después de muchos años, a votar y elegir a nuestros dirigentes nacionales. Se nos ofrece una oportunidad ineludible de decidir e influir en el destino de nuestra colectividad. Es un tiempo duro. La gran concentración del capital y la lenidad de nuestros dirigentes, hace que Chile sea gobernado por sus propios dueños. Los propietarios del agua, la tierra, el dinero y el trabajo. Se ha reunido el poder político y económico en una sola mano. Una mano que devendrá en cada vez más dura en la medida que realicen sus planes y el descontento popular se exprese con más fuerza.

Y ¿que haremos los Demócrata Cristianos? ¿Nos quedaremos paralizados en la crítica impotente, la denuncia desperdiciada, la descalificación inútil?. ¿Buscaremos lazos y acuerdos con los poderosos para mitigar el dolor de los chilenos y defender lo ya conquistado?. O haremos una oposición vigorosa, creadora y propositiva que nos permita reencontrarnos con los chilenos, interpretar sus anhelos, representar sus esperanzas. Y que “como pregoneros de Dios” (Como Bloy se llamaba a si mismo) recorramos la patria llamando a trabajar con nuevos bríos por una nueva era de progreso y justicia social.

La única fuerza que persiste en medio de la tempestad que agita a la sociedad occidental es el cristianismo a secas y sin pelos en la lengua. Bajo la sombra de sus valores han tenido que cobijarse incluso aquellos que pasaban por ser contradictores de Cristo. Frente a la conciencia contemporánea las ideas de la Democracia Cristiana Chilena se presentan con mayor fuerza. No como una vuelta hacia el pasado, sino con el ímpetu de algo nuevo. Nosotros somos el futuro que emerge desde el fondo de la historia, somos pueblo y compromiso. Somos los llamados a "dar testimonio de cristo en un tiempo de renegados".

El deber en la hora presente no consiste en gemir, sino en obrar. (Pío XII)

sábado, 7 de agosto de 2010

Día del Dirigente Vecinal Comunitario


Hoy, sábado 7 de agosto celebramos en todo Chile el Día del Dirigente Social, recordando que este mismo día de 1968, nuestro Presidente Eduardo Frei Montalva firmó en la Plaza Echaurren de Valparaíso, la Ley 16.880 de “Juntas de Vecinos y demás organizaciones comunitarias”.